Sufijo
Tus ojos son un lugar… Un lugar de aceptación. Tengo esa percepción de ti.
Una intoxicación de tu mirada es mi diagnóstico. Y la cura, nuestra conversación. Quizá solo sea una especulación, o una equivocación, pero desde luego no es una decepción, lo sé. Una perturbación de la pacificación por tener demasiada información. Para nuestra bella historia no tengo explicación, solo sé que el hecho de no poder acariciar tu mejilla cuando se me antoje me llena de frustración y no me queda más remedio que echar mano de la imaginación. Mis pensamientos están en constante lubricación, y a veces, cuando chorrean más de la cuenta, me veo envuelta en la humillación. Solo es la detonación de mi corazón, que está en constante ebullición y, a veces, requiere cierta evacuación.
Me encantaría atravesar tu vegetación. Recorrerte entera y examinarte a la palpación, provocando que tu cuerpo se mueva como en una ondulación, y dar rienda suelta a nuestra fornicación.
Duración. Ambición. Canción…. Aprendimos cada una su lección del pasado y ahora sabemos prestar atención. Solo una porción de mi oración pide mención sobre tu intuición.
Conozco tu respuesta a la perfección, y juntas lograremos encontrar una solución para nuestra situación. Estoy muerta de desilusión por si tu Alma se cansa de tenerme compasión. La única conclusión que he sacado es que tus ojos son más felices cuando ven la Primavera en tu hogar: Concepción.
Gracias a Tierra Trivium por abrazar mis letras.