En este primer miércoles de junio en el que seguimos en nuestras casas, Rosa García-Gasco nos trae un poema para recorrer las ciudades que tan extrañas se nos han vuelto y recordar a aquellos que espectros que todos llevamos con nosotros. Y sin más preámbulos os dejo con Espectros de Rosa García-Gasco.
Espectros
No saben que están muertos. Te recuerdan cuando el fantasma fuiste tú. Deambulan por los pasillos vanos de las casas, las bibliotecas, las alcantarillas, en medio de Madrid abarrotado. Te los encuentras donde no esperaste, doblando alguna esquina o en el metro. No saben que murieron, y te miran con ojos como de otro mundo. Te miran con sus ojos como ratas buscando un asidero discontinuo en las ranuras turbias de tus párpados. Y tú no los conoces. Tú no los reconoces. Los ves hablando a solas con su sombra. La chica guapa, reina de la fiesta, lanzándole improperios a la báscula. Aquel amante contrariado, vuelto anónimo esqueleto de su torre. Presos de sus errores, muertos-vivos. No levantan el ruido ni la tierra cuando la pisan con sus pies apóstatas. La dramaturga con su vana poesía, fingiendo que vomita tempestades, habrá olvidado que llorabas a escondidas si te sacaban a patadas por el patio, sin que nadie te viera. Mil ojos acechando y todos ciegos. Bocas selladas de vergüenza pura.
Pasean por la calle los fantasmas, ojeras verdes de amargor de siglos. No saben que están muertos. Te recuerdan cuando sobreviviste, cuando al fin te cosiste las alas.
Por Rosa García-Gasco