Esta semana en Rosa sobre Blanco tenemos un nuevo poema de Rosa García Gasco con aires de cuento de hadas de una Bella durmiente en el siglo XXI.

Bella durmiente

 Despertaste en la ciudad
de la noche hecha de miles.
Veinte años arañados en la carne.
La casa olía a limpio y las cortinas
a soledad. Octubre
no venía acuoso como antes.
Por las aceras caminaban
dioses del inframundo, cucarachas,
cambios climáticos, efectos
invernaderos que abrazaban
una muerte pequeña en cada esquina.
 
Allí estaba tu figura hecha de puntos
suspensivos y goteras.
Al otro lado, pared por medio
un loco insulta a gritos a tu sombra.
Allí estaba la rutina, disfrazada
de guadaña o media luna.
Ya no estaba mi sonrisa de aspirante
a todo, ni aquel peinado
de niña bien con hoyuelos.
 
Pero estaba aquel aroma a madera tratada.
Estaban los cuadernos, cien, a medias.
Dedos cansados
que siguen mal el ritmo de un disco de rock sucio.
 
Luego, también estaba
la impresión de haber dormido
diez mil inviernos. 

Por Rosa García Gasco