Hoy Alberto Morate nos trae un poema sobre los poetas y la poesía, de que es ser un Poeta. Disfrutemos de la rosa antes de que se marchite convertida en versos.
Poeta, cinco letras
Los poemas se entrecruzan desde siempre, siempre con las mismas palabras y los mismos retruécanos y metáforas. Sobrepasan fronteras de escritura y llegan a horizontes de abrazos y de identidades quietas.
Buscan la noche con la luz del te quiero y el frío de la distancia perpetua.
Es un milagro Cada vez que un verso nuevo consigue ser infinito sin tiempos que le recuerden su paso por el tiempo.
No sé resigna el poeta a hablar con eclipses ni elipsis, ni con nieblas. Busca de nuevo en tus ojos, en tus manos, beberse el misterio del mar y la sencillez de la hoja del árbol que todos pisan en la acera.
El poeta es libre de ternura, de desolación, de decir hoy y mañana desdecirse, de crear ilusiones sabiendo que no son ciertas.
No siente la soledad porque nota cuando lo leen que, aunque las sombras acechan, no hay adioses ni falsas estrellas.
Se identifica con el roce tan sólo de una propuesta.
No le importa la muerte ni la memoria, busca secretos, necesita citas a ciegas.
Ser poeta como Ángel González, como Ovidio, como Lorca, como Gloria, como mi vecina, sin que nadie lo sepa, es no tener respuestas, es asombrarse ante la desnuda luna que prefiere bañarse en el mar sin que nadie la vea.
En realidad, poeta, son solo cinco letras.
Por Alberto Morate