Esta semana Alberto Morate nos trae a unas cuantas poetas en Mujer y poesía, en un bonito homenaje a todas ellas, las que están y las que se perdieron en la memoria del tiempo.
Mujer y poesía
Desde Dulcinea a Gloria Fuertes
siempre una sonrisa conspicua.
Muchas veces el cuarto de la plancha,
Rosalía de Castro bajo los laureles,
Alfonsina Storni y la espuma del mar que salpica a Pizarnik
mientras baila Frida.
No quiero callarme decía María Teresa León
y sor Juana Inés no rezaba, escribía.
Gabriela Mistral enseñaba a Neruda recordando a Safo sin túnica ni zapatillas,
Silvia Plath que no quería hablar con Dios
y más tarde se rompía como campana de cristal
para que le cantara Violeta Parra con su guitarra,
posiblemente versos de Ernestina.
Siempre su presencia a oscuras,
Concha Méndez proclama vivir libremente para ser poeta, actriz, pintora, o ama de casa,
pasear con Josefina, leer a Ángela, tener la sensibilidad de Blanca.
Mujeres poetas que hablan, gritan y no descansan
aunque se llamen Macarena, Isabel o María.
No puedo nombrarlas a todas,
a Olvido García Valdés, a Pardo Bazán, a Wallada,…
Mujeres poetas que me señalan la luna,
que marcan mi camino,
que siempre me hablan,
que me dicen que no me crea nada,
que van un paso por delante,
y todas las que hoy me comparten su amistad
a través de poemas
aunque no me conozcan de nada.
Por Alberto Morate