Khandroma: La fábula del galgo

Esta semana Pilar Astray Boadicea nos trae un precioso poema dedicado a los galgos, que siempre es importante tenerlos presentes y aun más en estas fechas en las que seguimos oyendo noticias de abandonos de mascotas porque estorban en verano. Este poema, La fábula del galgo, forma parte de una antología a favor de la Asociación Somos Galgos coordinada por Alberto García-Teresa, así que desde aquí os animamos a conocer a Somos Galgos y ha comprar dicha antología. Y sin más que añadir os dejo con La fábula del galgo.

Foto de un galgo sentado en medio de un campo de retamas amarilleadas mirando al horizonte. 

Fotografía de PACMA.
(Fotografía de PACMA)

La fábula del galgo

 Oh, hermano galgo.
 La herencia de aquellos sobre el lomo pesa
 en los años oscuros discuten las liebres.
  
 Al disparo se hicieron con las lobas
 trofeos las nuestras para sus hombres cansados
 nuestro canto de yang su diversión
 sobre nuestra mirada las nieves
 thesaurus pauperum:
 ofrecemos la piel.
  
 Nada que juzgarte mi perro nada que disculpar mi animal.
 Oh, hermano galgo el vientre del mundo  
 muerdes pisas llevas en tus patas manual de rezo de las ateas
 acupuntura desde las almohadillas tu fábula  
 sin imposición de moraleja hecha ceniza: una luz veloz
 inalcanzable rebotando en cuarenta metros cuadrados
 tintinea partera no domesticada
 me abraza y sobrecoge sus colmillos la madre sabia  
 juega.
 
 Oh, hermano galgo
 tememos llamarnos las cambiapieles
 advertencias con luz de motel  
 pesadillas de látigo no podemos ser en sus habitaciones
 apenas amantes por quince minutos cronometrados
 no alcanzamos a besarnos el alma
 pasan la lista de los desalmados
 «amargados» nos nombran  
 la tristeza les apesta y no desean compartir
 su wonderformulismo con el hambriento
 son el que ignora a cristo leproso cabizbajo
 en la línea seis.
  
 Y somos la mosca molesta a los pies  
 quién osa perturbarlos mostrar su patraña
 quién es tan ruin dicen los falsos duques:
 una hormiga ha venido a ser elefántica.
  
 Abedules se abren en los territorios
 somos las perras que
 arrastran el cuerpo del dolor
 sobre el capital dejando nuestro olor en sus nudillos
 la mancha.
 
 Oh, hermano galgo
 tu certera velocidad de Diana sobre sus templos malditos
 te toman para que lleguen a tiempo los otros
 por tu odisea se desentierran los bufones
 gritando en sus aeropuertos los vuelos son otros
 vendrán las hilanderas con un nuevo tapiz
 sobre el que recostar los ladridos desgracia
 en sus plantaciones de metal.
  
 Oh, hermano galgo
 mochila amarilla a cuestas carretera infinita
 mapa en la palma de nuestra salvación.
  
 Oh, hermano galgo
 carreras de cuadrigas sobre la Gran Vía
 tu carne compite y sobrevive      y caza y
 nadie que habite el cuerpo del esclavo
 puede estar en paz.
  
 Oh, hermano galgo
 yo también lamí los dedos del amo con fe
 por desviar la incertidumbre que no tolero
 y desaprender la danza de la muerte.
 
 
 Oh, hermano galgo
 yo también quise soñar             mota de polvo soy
 ante mis propios anhelos          electroshock.
 Qué lejos la cabaña y el bosque.
 Yo también.
  
 Aún no conozco mi nombre, hermano galgo:
 espero abrazar tu cuerpo esta noche
 y que del loto de la compasión
 se elija un rostro de los mil
 para mí al dictado esquivando sus sombras:
 la niña que mató el carro del monóxido de carbono
 mi fantasma apretado a tus huesos
 mi bien en tu colina hocico con hocico
 bebiendo del mismo cuenco
 sostenidos colgados sobre el vacío
 mi medalla animal sobre el cuello sin adornos
 bendito galgo mi santo el mismo lecho
 alianza y sudor compartido.
  
 Desde el pozo sedientos los cuentos se vuelven oración
 este huerto percusión de libertad manoseada se expande
 limpiando su cabellera tu energía
 orina sobre la escopeta  
 hermano galgo
 hipnotiza y alimenta acaricia el pelaje es rosario  
 que cruza los puentes salvajes no mira hacia abajo.
  
 Oh, hermano galgo  
 rutila sobre los arrecifes-testamentos
 Oh, hermano galgo
 sobre los crucigramas-escrituras
 los tallos desplazados de tu nuca azul.
 
 Oh, hermano galgo
 tu estirpe infinita de frente
 no se sobrecoge  
 en sus exposiciones
 de frente la llama
 de frente,  
 surca la tierra
 tan suave cosquilla-permiso:
 tu gracia al servicio las errantes,
 mi mano      tu lengua
 el código     la hermandad
 en el espejo, de frente,
 amén.

Por Pilar Astray Boadicea

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