Háblame
Háblame de lo que quieras, de mil formas, a gritos o a susurros. Con tus pupilas o incluso en silencio.
Háblame de la lluvia, de tu tormenta interior, de esa chica que te vuelve loca, de la que por ti pierde la razón.
Háblame, cuéntame, coméntame cuando estés triste o contenta a rabiar, y cuando no tengas fuerzas para hablar.
Háblame, explícate ahora, mañana o dentro de una semana.
Háblame de tonterías o de cosas serias.
Háblame, Cielo, que yo siempre querré quererte y escucharte las penas y las risas.
Háblame con tus poemas, con tus melodías a guitarra, con tus carcajadas o desde tu infierno peculiar.
Háblame aunque estés llorando un mar; no te preocupes, sé nadar.
Háblame siendo tú misma; pero, por favor, nunca me dejes de hablar.
© Sara Levesque
Gracias a Tierra Trivium por abrazar mis letras.