Entrevista a Patricia Martín Rivas
Esta vez viajamos a Estados Unidos para conocer a la escritora Patricia Martín Rivas (Madrid 1986), con la que hablaremos de su libro de relatos Saudade, una joya literaria de Franz Miniediciones, así como de sus viajes por el mundo. Se define en su web https://patriciamartinrivas.com como «escritora de nacimiento, traductora de profesión y viajera empedernida», a lo que añadiría activista comprometida con la visibilización de las mujeres y luchadora contra la represión a través del pacifismo, la creatividad y la palabra. Autora de tres novelas Yo sí valgo para nada, Verde sobre Naranja y Uña y mugre junto con medio centenar de relatos cortos.
Ignacio J. Dufour García: Has pasado 2017 viajando por Asia, por lo que supongo que te habrás encontrado con conceptos tan intraducibles como las palabras que usas para escribir cada uno de los relatos recogidos en Saudade. ¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer relatos con palabras «intraducibles»?
Patricia Martín Rivas: En un contexto tan distinto cultural y lingüísticamente, ha sido inevitable encontrarme con preciosas palabras intraducibles, como hanami, que en japonés significa «observar la belleza de las flores». La idea de coleccionar estas palabras y escribir historias basadas en ellas se me ocurrió en el verano de 2015 en California, cuando llegaron a mis manos varios artículos sobre palabras intraducibles. Por supuesto, el hecho de ser traductora además de escritora también hizo que estas palabras me llamaran la atención.
IJDG: ¿Qué te llevó a elegir este título para esta recopilación de relatos, siendo saudade como aparece reflejado en el inicio del libro «sentimiento de amar algo o alguien que se ha perdido y que quizá nunca volverá»?
PMR: En realidad no fui yo, sino mi editora, Christel Penella de Silva, quien eligió Saudade como título. Christel hizo un bello trabajo de edición en que estos relatos, que yo escribí como historias independientes, casan con armonía en Saudade. Según ella, el concepto de saudade es un hilo unificador en todas estas historias, con lo que le pareció un título perfecto.
IJDG: Supongo que en tus viajes te habrás encontrado con la situación inversa, de palabras del castellano que no eran traducibles directamente al idioma correspondiente, ¿te acuerdas de alguna de esas situaciones?
PMR: Ay, sí, esto pasa continuamente. Yo hablo inglés todos los días (por razones laborales y personales) y hay palabras que simplemente no existen, como sobremesa, o palabras que no tienen un equivalente exacto ni la misma fuerza, como cutre o empanao.
IJDG: De entre las catorce palabras de lenguas de todo el mundo que conforman Saudade, ¿con cual te quedas? ¿Cual es la que te ha marcado más?
PMR: Seleccioné palabras que me parecieron bellas e inspiradoras. Una que me gusta mucho es gotraskhalana, que en sánscrito «llamar al ser amado por otro nombre» y que quise enfocar desde una perspectiva atípica, huyendo del romanticismo que en un principio pudiera inspirar. Eso sí, la que he incorporado desde luego a mi vocabulario es pochemuchka (en ruso, «persona que hace demasiadas preguntas»), que además es divertida para bromear en encuentros sociales. Y la que siempre practico más a menudo de lo que me gustaría es procrastinate, porque tengo la mala costumbre de dejar para mañana lo que podría hacer hoy.
IJDG: Una curiosidad de Saudade, además del tema elegido como inspiración de cada uno de los relatos que componen el libro, es el tipo de edición y la propia editorial. ¿Cómo llegaste a Franz Miniediciones? ¿Qué hace tan diferente la edición de Saudade de una edición convencional?
PMR: Toparme con Franz y sus preciosas miniediciones ha sido todo un regalo. Siempre soñé con publicar, y el mimo y cariño con que trabaja Christel son sencillamente maravillosos. En realidad, empecé a escribir estas historias por mera diversión, sin tener en mente la publicación en ningún momento. Su publicación fue fruto de una lectura de relatos que hice en Berlín cuando vivía ahí. Leí con Alejandro J. Niklison, un escritor argentino que también vivía en la capital alemana y que había publicado El peso de una pluma de avestruz con Franz. Le gustaron mis cuentos y le habló de mí a Christel, que en seguida mostró interés. Fue un proceso muy natural y, como digo, con un trato excelente de la editora, que hace los libros manualmente en su taller. El resultado son bonitas obritas de arte numeradas que da gusto tener entre las manos.
IJDG: Realmente Saudade no es tu primera obra publicada: anteriormente publicaste Verde sobre naranja, una historia en la que juegas con los problemas de incomunicación debidos a la falta de conocimiento del idioma. ¿Qué te inspiró para escribirla?
PMR: Escribí Verde sobre naranja cuando vivía en California, y es una historia totalmente ajena a mí en cuanto a la relación amorosa, pero a la vez una especie de diario de amistades y experiencias. Una de las cosas que más me llamaron la atención de California fueron esos problemas de comunicación de los que hablas, porque hay hispanohablantes (especialmente mexicanos) que llevan décadas en el país y nunca aprenden inglés, porque no es realmente necesario para su día a día. Como traductora, me interesan mucho los temas lingüísticos y de comunicación. En mi última novela, Uña y mugre, que está pendiente de publicación, también ahondo en estos temas en cierta medida, ya que sus protagonistas son dos personas de Madrid que emigran a Lima a causa de la crisis, y en Perú se encuentran con diferencias lingüísticas a pesar de estar en un país hispanohablante.
IJDG: ¿Cuánto de tu experiencia personal hay en la protagonista de esta novela?
PMR: Como digo, mi experiencia y mis impresiones como migrante en Estados Unidos están reflejada en las descripciones y en los sucesos de la novela, tanto en el día a día como en las relaciones de amistad. Sin embargo, me inspiré en una conocida para crear a Miranda, la protagonista, que es, desde luego, muy distinta a mí en prácticamente todos los sentidos.
IJDG: Verde sobre naranja, Saudade… Los títulos de tus obras transmiten cierta sensación de tristeza, de nostalgia. ¿Tiene alguna razón de ser o simplemente es casualidad? Siendo como eres una persona que transmite felicidad allí por donde pasa…
PMR: Verde sobre naranja quizás sea más triste y nostálgico, porque lo escribí en un momento en que Miranda, la protagonista, absorbió sobremanera una cierta desilusión que sentía respecto a las relaciones. Saudade, pese a su título y el carácter nostálgico que le otorga mi editora, a mí me parece una obra llena de muchos sentimientos intensos, de todo tipo: esperanza, miedo, alegría, desgana, ilusión…
IJDG: ¿Qué te lleva a plantearte la autopublicación en Amazon en vez de en una editorial «convencional»? ¿Cómo es esa experiencia? ¿Tienes pensado repetirla?
PMR: He escrito tres novelas: la primera intenté moverla a través de concursos literarios y acabó en un cajón; la segunda la subí en Amazon directamente y deseo publicar la tercera a través de una editorial convencional. Publicar un libro electrónico en Amazon es facilísimo, porque se sube y ya está; sin embargo, encontrar una editorial se convierte en una tarea mucho más complicada. La experiencia de Amazon es agridulce: hay siempre una cierta emoción a la hora de publicar, pero autopublicarse requiere cualidades empresariales que yo personalmente no tengo. La parte del marketing se me quedó grande, y a la vez fue muy bonita la respuesta de gente allegada, querida, conocida e incluso desconocida.
IJDG: Hace no mucho me comentaste que estabas preparando la traducción de Verde sobre naranja al inglés. ¿Qué tal es la experiencia de pasar de traducir un texto ajeno a que alguien traduzca un texto propio?
PMR: Muy interesante, porque, al hablar inglés yo también, me he involucrado muy estrechamente en el proceso de traducción. Esta es una situación ideal, claro: si yo pudiera traducir siempre codo con codo quien haya escrito el texto, todo sería mucho más fácil. Eso sí, tengo un montón de proyectos abiertos entre manos y tengo que aprender a cerrarlos poco a poco, incluida esta versión en inglés.
IJDG: ¿Hay alguna parte del libro que haya sido más difícil de traducir en la que hayas tenido que trabajar más con el traductor?
PMR: Lo más complicado, sin duda, ha sido traducir todos esos momentos en que Miranda no entiende el inglés y a la vez sus diálogos están en inglés, porque produce una fricción, según mi opinión. En todo caso, la creación de Green On Orange, aún sigue abierta, porque en la versión inglesa me gustaría mejorar aspectos más débiles de la obra original y detalles que he ido recopilando en mis siguientes visitas a California.
IJDG: En la contraportada de Saudade te defines como nómada. Ahora mismo te encuentras en Estados Unidos y durante este año has viajado por el Este y el Sudeste Asiático, además de por otros países. ¿Te planteas sacar algún libro de viajes con las anécdotas o aventuras que has vivido?
PMR: Desde que empecé la universidad e hice amigas con mis mismos intereses, he viajado mucho y, además, he vivido en cuatro países extranjeros. Pero ahora es cuando puedo decir verdaderamente que soy nómada, porque llevo viajando desde diciembre de 2016 y aún seguiré haciéndolo durante unos cuantos meses más. Sí que tengo pensado escribir un libro de cuentos sobre mis experiencias en Asia, y mi idea es hacerlo con base en el realismo mágico. Está en mi lista de proyectos abiertos… ¡Tengo tantos!
IJDG: ¿Qué es lo que más te atrae a la hora de plantear un viaje a un país?
PMR: Depende mucho de con quién viaje, pero en general me atraen las ciudades y los lugares con culturas muy distintas a la mía. Cuando viajo sola, me hincho a ver museos y a pasear por la ciudad; con mis amigas o mis hermanas, normalmente hacemos cosas turísticas; con mi pareja, buscamos conocer gente del lugar y verlo todo relajadamente. En general, me interesan los sitios asequibles, con opciones culturales y buena comida.
IJDG: De entre todas las anécdotas de tus viajes, ¿hay alguna que pienses que la gente no se va a creer? ¡No vale que me digas que ha sido casarte en Las Vegas en un Cadillac rosa!
PMR: Bueno, esa anécdota es interesante, porque, aunque fuimos con idea de casarnos, fue todo improvisado y escogimos el coche porque era igualito al de la boda de mis padres, así que no fue nada convencional. He visitado unos 50 países y, al viajar tanto, claro que hay muchas experiencias intensas e interesantes: desde la vez en que mi pareja y yo nos hicimos virales en Indonesia, hasta la muerte de uno de nuestros camellos cuando me adentraba con unos amigos en el Sáhara. ¡La verdad es que podría contarte sin parar!
IJDG: Además de las facetas de escritora, traductora y nómada, me gustaría hablar de tu faceta más activista dentro del colectivo Orbita Diversa. ¿Qué nos puedes contar de esta faceta?
PMR: Siento amor absoluto por Orbita Diversa: tiene gente maravillosa de la que he aprendido mucho, que me ha dado oportunidades creativas y con la que lo paso muy bien siempre que voy a Madrid. Creo las personas tenemos que buscar hacer del mundo un lugar mejor y Orbita Diversa me ha dado la oportunidad de tener un papel activo como activista contra el racismo y la homofobia y en favor del feminismo.
IJDG: ¿Qué tal fue la experiencia de coordinar el club de lectura internacional «Cinco continentes, cinco libros»?
PMR: ¡Me encantó! Es una experiencia enriquecedora, ya que la lectura suele ser una actividad muy solitaria, que se puede convertir en social a través de este tipo de reuniones. El club de lectura de Orbita Diversa, además, tenía un componente activista intenso, porque elegí libros que daban paso a tratar temas sociales y políticos. Cuando viví en Berlín organicé con otra mujer un club de lectura en una librería española que ya no existe. Este club de lectura, Nómadas, también tenía un carácter internacional y político y, además, me sirvió para conocer a hispanohablantes con residencia en Berlín, con quienes trabé amistad gracias a la literatura. Aún sigue activo, por cierto, ahora en la librería berlinesa La Escalera.
IJDG: La última acción en la que participaste antes de emprender este viaje que te ha llevado a recorrer Asia, fue reivindicar que hubiese citas de escritoras en el barrio de las letras. ¿Te esperabas la repercusión que tuvo la acción? ¿Cómo se te ocurrió?
PMR: ¡La verdad es que no! La acción #CreadorasLetras fue intensa y preciosa, tuvo mucha repercusión mediática y llevó a que la Junta del Distrito Centro aprobara la inclusión de citas de mujeres en la calle Huertas. El proceso para llegar a esta acción tomó, en realidad, varios años. Como escritora, siempre he tenido por referentes a los grandes autores: leía sus libros y los anotaba en una lista. Cuando llegué a cien libros, revisé la lista y, de esas cien obras, solo tres estabas escritas por mujeres. Esto me llevó a replantearme los referentes y la enseñanza, ya que, como no hay presencia de escritoras en las calles ni en los libros de texto, mis referentes literarios eran meramente masculinos. Así, me empecé a fijar en diferentes detalles cotidianos y la calle Huertas, por la que había paseado admirada desde niña, de repente se convirtió en un lugar incompleto. Pasa en todo el mundo: ahora estoy organizando con un grupo de mujeres una acción reivindicativa parecida en Palo Alto (California), donde hay veintisiete calles con nombres de escritores, que no incluyen ninguna mujer.
IJDG: Hablando de escritoras, ¿cuáles son tus referentes literarios?
PMR: La verdad es que varían mucho con el paso del tiempo: si leo algo que me marca mucho, de repente noto cómo mis textos se empapan de su influencia. En el caso concreto de Saudade, considero que tiene el atrevimiento de Erica Jong, el formato y la concisión de Eduardo Galeano y, además, el ritmo y la poesía de la música de Bebe, porque las influencias al escribir literatura no vienen solo de la literatura.
IJDG: Al hilo de esta reivindicación de la visualización de las escritoras, ¿qué opinas de los cruces de opiniones sobre lo que es feminismo que está habiendo últimamente, sobre todo a raíz de la ceremonia de los Globos de Oro y del manifiesto de las actrices francesas?
PMR: Es un tema complicado, del que no podré opinar muy bien en unas pocas frases… Creo que la visibilización de todos los abusos es poderosísima y me hace feliz que esté saliendo a la luz y escuchar los potentes discursos de todas esas valientes mujeres. En cuanto a las actrices francesas, me parece que no entienden bien la reivindicación desde Hollywood. Quizás sea por una falta de contexto cultural, ya que las relaciones interpersonales en los países mediterráneos son diferentes que en los países anglosajones. En Francia, España, Italia, etc. somos más de tocar, y algo como poner la mano en una rodilla tiene interpretaciones muy diferentes en Estados Unidos. Así que, al hablar de puritanismo, me parece que las francesas pecan de desconocer las diferencias culturales. En todo caso, no estamos hablando de tocar rodillas, sino de masturbaciones, sexo forzado y otras vejaciones machistas de gran magnitud, que no han de tener cabida jamás.
IJDG: Volviendo al ámbito literario, nos podrías hablar un poco de qué proceso creativo sigues.
PMR: El proceso creativo es diferente para según qué textos. Los relatos que escribo suelen venir más de las entrañas, es decir, se me ocurre una idea o me pasa algo y lo escribo de un modo más impulsivo. Sin embargo, las novelas me piden conocer muy muy bien a los personajes principales, porque sino no puedo escribir, con lo que el proceso de creación es, digamos, más cerebral. No me hace falta conocer la trama o el final con precisión, pero sí a los personajes. Esto fue especialmente curioso con Uña y mugre, porque las personalidades tanto de Cleopatra Licelot como de Juanjo se hicieron tan fuertes que tomaron las riendas de lo que pasaba. Por decirlo de alguna manera, estos personajes tenían una personalidad propia que me mandaba qué escribir, casi sin tener yo misma el control. Algo que me ha servido mucho, por otro lado, es escribir todos los días al menos durante media hora, sin excusas. Normalmente me sumerjo en el proceso y paso dos o tres horas escribiendo, pero, cuando no estoy muy inspirada, reviso lo que ya he escrito, que también es necesario para seguir adelante. Y ahora estoy trabajando en mi primer personaje histórico, con influencia e inspiración de Isabel Allende, por cierto. El proceso es muy distinto, claro, porque hay que realizar una investigación ardua antes de ponerse a escribir.
IJDG: Novela, relato corto… ¿Tienes algún genero preferido? ¿Alguno en el que te sientas más a gusto?
PMR: La verdad es que disfruto ambos géneros muchísimo, porque el relato me parece más intenso y la novela, más reflexiva. Me divierte escribir relatos cuando siento la inspiración y también trabajar en las novelas con una cierta rutina y hasta con obsesión. Y también disfruto mucho al escribir artículos sobre política, viajes o arte y audioguías, que hago por trabajo o como activista.
IJDG: Para terminar esta agradable charla, ¿nos podrías hablar de tus futuros proyectos?
PMR: Ya he mencionado un par de proyectos literarios que tengo entre manos, como los relatos mágicos en tierras asiáticas y la obra basada en el personaje histórico. También tengo ganas de escribir literatura en inglés, por experimentar en otro terreno. Además, tengo otros proyectos creativos más alejados de la literatura (aunque no de la política): estoy diseñando un juego de mesa con mi amiga Is Montero, diseñadora y fundadora de Biónica Project, y estoy escribiendo una audioguía del Museo del Prado que se sale de los patrones convencionales. El factor literario nunca queda fuera, eso sí, pero me gusta experimentar con otros géneros y materiales.
Muchas gracias Patricia por compartir este rato con nosotros, ha sido un placer ejercer de cicerone en este paseo por tu obra, tus viajes… Deseamos que todos los proyectos que tienes entre manos lleguen a buen puerto y contamos con te pases por aquí para hablarnos de ellos.