Grupo Tierra Trivium entrevista a José Luis Benítez
José Luis Benítez es un prolífico autor residente en Alemania y nacido en en Cuevas de San Marcos (Málaga, 1951).
Escritor de novelas como Chafanto y Leyendas de Belda-City, ambas publicadas por la editorial Biblioteca Nueva (Madrid, 1993-1996), y Náufragos sin isla (2011). A lo largo de su carrera literaria también ha cultivado el género lírico (Sombras que pasan) y el relato corto, habiendo sido galardonado con el premio María Eloísa García Lorca de Melilla (2015).
En 2014 recibe el galardón Irène Némirovsky“ por su novela Restos en Turín (Italia).
Volver la vista atrás es un tropiezo de consecuencias imprevisibles, y si resulta que aun así se comete, ha de ser sacando una lección, con vistas a un futuro que no contemple los mismos errores. Hay que vivir en el presente.
JT. ¿Qué te impulsó a escribir El campo irisado?
JBS. Sin variar, se trata de un impulso creativo de complicada definición, y menos todavía de etiquetar. Si hago un esfuerzo por clarificarlo, en mi caso se trataría de una potencialidad muy particular preocupada por mantener una estructura propia. Luego viene el escenario y el ropaje de ideas, que se concretizan en una aspiración por mantener ciertos parámetros y límites.
JT. ¿Cuánto tiempo tardaste en escribirlo?
JBS. La idea original estuvo revoloteando por el cerebro bastante tiempo… La ejecución fue más rápida de lo esperado. Me pasa siempre igual; es un proceso. Unos meses.
JT. ¿Es más importante el pasado o el futuro?
JBS. En mi caso, ni lo uno ni lo otro. Volver la vista atrás es un tropiezo de consecuencias imprevisibles, y si resulta que aun así se comete, ha de ser sacando una lección, con vistas a un futuro que no contemple los mismos errores. Hay que vivir en el presente.
JT. ¿Qué hace un malagueño viviendo en Alemania?
JBS. He residido en varios lugares; al final he recalado por aquí…
JT. ¿Qué diferencias encuentras entre la literatura alemana y la española?
JBS. ¡Huy!, son dos mundos completamente distintos que buscan la misma verdad, y por caminos bien diferentes. Mientras la primera se enmarca un clima de supervivencia colectiva, expresándolo en personalidades que solo admiten y se apoyan en lo opuesto como un intento de superación individual, la segunda se encuadra en un ideal de conquista de lo instintivo.
JT. ¿Tuviste que documentarte para escribir El campo irisado?
JBS. En cierto modo, sí. Sobre todo la parte que se corresponde con los viajes en general a finales del siglo XVIII –sin obviar los tramos locales- y la vida en el Perú de entonces.
JT. ¿Qué esperas de tu manuscrito?
JBS. Espero que permanezca…
JT. ¿Tienes en mente otros proyectos?
JBS. Sí, claro. Como sabes, una vez que terminas de escribir una obra, la siguiente te está pidiendo paso.
JT. Te pondré en un compromiso: ¿cómo ha sido la experiencia de editar con Tierra?
JBS. Muy positiva. La Editorial apuesta por el escritor.
JT. ¿Cómo elegiste la portada?
JBS. Bueno, yo propuse en principio un cuadro de Edvard Munch -pintor de mi predilección-, y luego la Editorial se sirvió ofrecerme diferentes fotos comparativas de cuadros del artista. Finalmente, elegí el que se corresponde con la portada, óleo de 1905 que se titula “Anxiety”.
JT. «Las mujeres temen la inseguridad —me comentaría Barrio en ocasión muy posterior—. Necesitan sentirse arropadas y asistidas en caso de perjuicios. ¡Mira como con los señoritos no hacen ascos!…». Nos encontramos ante una obra plagada de reflexiones. ¿Cómo ves a la mujer en el terreno literario?
JBS. Como yo particularmente la contemplo no tiene nada que ver en cómo se la ha dibujado hasta ahora, sobre todo en ciertos periodos históricos, y precisamente en esa misma literatura; bastante marginada, por cierto. Personalmente, la veo libre y me gustaría que sólo dependiera de sí misma; me refiero en especial desde el punto de vista que concierne al plano mental. Pero en esto, tal vez coincida y comparta “prisión” con el hombre. En cuanto a las “reflexiones”, cabría decir que son un intento humilde de reformular ciertos conceptos.
JT. «…por qué tienen que aguantar el sufrimiento atroz del tipo Sísifo que les impone la condición…». ¿De qué fuentes bebes para escribir?
JBS. Muchas y variadas. Hace un tiempo hubiera contestado revelando nombres concretos, o tendencias… Hoy no es el caso. Todas las lecturas y experiencias se destilan en un conato de inspiración genuina.
JT. ¿Con el uso de qué lengua te sientes más cómodo escribiendo?
JBS. El castellano, sin duda.
JT. ¿Por qué vale la pena vivir?
JBS. Pienso que el “vivir” es una especie de suerte material, y por lo tanto es conveniente aprovecharla al máximo.
JT. ¿Y morir?
“Morir”, por el contrario, lo tengo como que es un sacrificio…, pero por tener que abandonar esta vida; y, de no ser por ciertas incidencias malévolas, creo que esta resultaría gozosamente amable.
Gracias por tu participación en Tierra.