Grupo Tierra Trivium entrevista a Jordi Rosiñol Lorenzo, autor de Relatos al límite
Grupo Tierra Trivium tiene entre sus filas a Jordi Rosiñol (Barcelona, 1968), un escritor polivalente y optimista que desarrolla su faceta periodística realizando funciones de columnista en medios como El Semanal Digital y ESDiario o Periodista Digital.
Formado en Humanidades y Criminología, ha sido ganador del primer premio de relatos Navidad de Molina de Segura (2017) y finalista en el I Premio Nacional de Relatos Espacio Ulises.
A lo largo de su trayectoria literaria hemos podido toparnos con sus letras en el Canal Literatura asociado al diario La Verdad, Desafíos Literarios y Espacio Ulises. Asimismo, ha participado en diferentes antologías, como El año que escribimos peligrosamente.
Grupo Tierra Trivium. ¿Por qué empezaste a escribir?
Jordi Rosiñol. Empecé a escribir artículos sobre política y actualidad para denunciar, y dar mi opinión sobre temas que me hacían arder la sangre. Pero tras un cambio de vida radical, opté por escribir ficción o, mejor dicho, realidades, historias y experiencias noveladas. Este cambio profundo, que me remueve los sentimientos a cada palabra que escribo fue gracias a mi pareja Toñi Abenza.
GTT. ¿Cuál es tu mejor recuerdo de la infancia en relación con la literatura?
JR. Fue con nueve años, que ante un magnifico esguince que me dejo unos días sin ir al colegio, y fue el segundo día postrado, que mi padre me regaló el libro “Juan Salvador Gaviota” De entrada olía diferente a los libros de texto, y sus tapas negras brillantes ocultaban el milagro de convertir las letras en imágenes, absorbiéndome para siempre en la lectura.
GTT. ¿Y el peor?
JR. En el instituto leyendo a la fuerza “La Celestina”
GTT. ¿Para qué sirven las letras?
JR. En mi humilde opinión para llegar al máximo de personas que se pueda con historias que alcancen su corazón y les descubra el mundo de la literatura, da igual que se sea más o menos distópico.
GTT. ¿Por qué no leemos?
JR. Seguramente por que demasiadas generaciones fueron obligadas a leer la “La Celestina” jajaajajja
GTT. ¿Qué propones?
JR. Ir progresivamente desde la infancia, sin tener una regla fija, adaptar la recomendación de lectura a cada persona, olvidarse de uniformar la formación en literatura.
GTT. En una noche de insomnio, sueles…
JR. Fantasear con historias increíbles de las cuales me quedo unas pinceladas para desarrollarlas al día siguiente en el teclado.
GTT. ¿Qué le pides a tu amor por la literatura? No me hace falta pedirle nada, ella es todo comprensión, paciencia y dirección. Ella es para mí la literatura.
JR. ¿Te encuadras en algún género? No, escribo como soy, una persona diversa y anárquica interiormente. Suelo escribir lo que el alma me pide.
GTT. ¿Cuál ha sido la escena que más te ha costado narrar?
JR. Las que más daño me han hecho en experiencias vividas en el pasado, también he de decir que me sirvieron como terapia para superar tragos amargos.
GTT.¿Y la más sencilla?
JR. Una anécdota graciosa del pasado llevada al máximo exponente de lo grotesco normalmente suele suceder con anécdotas vividas por mí mismo.
GTT. ¿Qué opina tu familia de tu afición?
JR. Mis primas de Madrid y Murcia, Vicenta, Marí, y Mamen, no hacen más que animarme, acompañarme y creer en mí. Mi hijo Adrí en el fondo le gusta, pero desde que era muy pequeño siempre me decía “Papa por qué no eres un padre normal y te gusta el fútbol como a todos”. Y que decir de mí pareja, ella soy yo, sin ella no sería nunca nada, ella es todo amor y comprensión, y me anima desde el primer día que la conocí, y a pesar de haber sufrido juntos un autentico calvario por querer cambiar nuestras vidas en la madurez, nunca ha flojeado en nada, y de momento vamos ganando a la hipocresía social, jejeje.
GTT. ¿Qué palabra te hace sonreír?
JR. Muchas, sobre todo cuando mí pareja me llama la atención ante cualquier tema nimio del día a día.
GTT. ¿Y llorar?
JR. Demasiadas veces lloro, desde siempre ante las injusticias que se siguen perpetrando en el mundo, aunque he decir que a pesar de mí aspecto adusto, soy muy llorón por la naturaleza que arrastramos genéticamente los Lorenzo.
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