- Háblanos de tus inicios literarios, ¿qué fue lo que te levantó por primera vez y te puso a escribir?
Escribo desde que aprendí a escribir. Tengo todavía guardados cuentos que escribí en primaria, con la calidad y la huella de una niña de primaria, pero a los que les tengo mucho cariño. Tenía un viejo libro de literatura de cuando mi madre iba al colegio, y recuerdo que me fascinaban poemas como El niño que ahogó a la luna de Zorrilla, A Margarita de Rubén Darío, o La Canción del Pirata de Espronceda. Eran historias contadas de forma poética que me inspiraban muchísimo. A partir de ahí empecé a escribir mis propios poemas, que hasta la adolescencia todavía rimaban y eran métricamente correctos. Supongo que una se deforma con el tiempo.
- Vértigo es un poemario con una estructura que recuerda a las de una ópera rock en la que se narra una historia dividida en partes diferenciadas: ascensión, vértigo y caída. ¿Qué encontramos en cada una de ellas?
Sí, es realmente lo que sucede cuando uno sube a mucha altura.
La ascensión es como el subidón de una droga. El climax la guitarra en una canción de rock. La emoción en la tripa, el éxtasis cuando estás volando muy alto y te sientes un pájaro extremadamente libre y feliz, aun sabiendo que la libertad no existe.
El vértigo es cuando recuerdas de verdad que la libertad no existe y que todo lo que sube baja. Y que no eres un pájaro, y que estás muy alto, y que cuanto más alto vueles más fuerte será la caída. Vértigo es aquello que escribía mi querida Irene de:
“he estado tanto tiempo triste
que ahora la felicidad me parece una taza de café ardiendo
que no voy a saber llevar hasta una mesa
sin arrojarla y quemarme las manos”.
La caída es cuando todas las hipótesis se confirman y te maldices por haber olvidado que la ciencia no es una cuestión de fe y que tendrías que haber recordado las leyes de la gravedad antes de subir tan alto. Y los huesos rotos. Y la omisión de socorro del resto. Pero, sobre todo, de la caída hay que quedarse con ese gesto de unos pocos de recoger tus trozos sin importarles si cortan o no.
- El Existencialismo como movimiento imperante en el poemario y una atmósfera estética próxima a Poe y los poetas malditos, con constantes referencias a la muerte, lo sobrenatural y el terror psicológico.
Realmente creo que Vértigo es un libro oscuro, principalmente porque está escrito en una época que abarca los que han sido unos de los meses más oscuros de mi vida. Precisamente por descubrir el horror todo de golpe y ser incapaz de procesarlo. A veces la mente, tras algunas experiencias, puede convertirse un lugar sobrenatural, una casa encantada, un cuento de terror.
No puedo negar la influencia de Poe en todo lo que escribo, ya que pasé la adolescencia leyéndole y releyéndole. Los poetas malditos son un fenómeno que siempre me ha atraído; de hecho, durante la carrera, fundé con cinco compañeras y queridísimas amigas de la carrera el grupo de poesía Malditos Poetas, en Teruel, el cual seguimos manteniendo en la distancia con nuestra página de Facebook Malditos Poetas, donde publicamos a todo aquel que quiera participar enviándonos sus textos.
El enfoque existencialista a veces es inevitable cuando escribes. La escritura poética es algo puramente subjetivo. Pero todo lo que escribo, pese al aura existencialista y, quizá, siniestra, tienen su raíz en el conductismo radical, que siempre me ha aportado una sensación más pura que ninguna corriente filosófica u otra rama científica.
Es un escalofrío. Es la ciencia haciendo posible y explicable la magia.
- Varios poemas son precedidos por versos literarios o musicales. Encontramos grupos de punk, heavy o rock clásicos como Iron Maiden, The Runaways o Scoprions; referencias al indie con Hope Sandoval and the Warm Inventions e incluso citas de Alicia en el país de las maravillas; pero también a poetas actuales como es el caso de Irene X. ¿Te encuadras dentro de La nueva poesía o prosa poética que trabaja Irene X como género a desarrollar?
Mis influencias desde el Rock y el Metal se las debo a mi padre y a mis amigos de toda la vida, que han ido enseñándome y compartiendo conmigo los mejores grupos que he escuchado jamás. Alicia es Alicia y sólo puedo decir eso. Me fui con ella donde todos estaban locos y empecé a sentirme sana.
Lo cierto es que Irene X para mí es considerada una amiga a la que quiero y respeto muchísimo, además de admirarla, primero como persona y después como escritora. Nunca sabemos muy bien dónde o cómo definir el encuadre de la nueva poesía en la que suelen incluirla a ella y a otros autores, pero siempre me he identificado mucho con Irene, y para mí es un honor poder citarla en mi libro. Junto con ella y otros autores, formamos el colectivo Tyrannos, donde cabe la poesía sin analizar demasiado el encuuadre. También nosotros estamos en Facebook.
- Vértigo es un poemario que contienen ilustraciones de tu propia mano. ¿Qué nos posibilita, a tu parecer, la Interdisciplinariedad artística al pensamiento humanista?
Creo que el hecho de poder expresar una idea o concepto, tanto desde las palabras como desde la imagen, puede aportar mucha más empatía con la obra; que el lector se forme una impresión mucho más rica. A veces pensamos con palabras, frases, y otras veces nuestra mente funciona generando imágenes. Ambas cosas son procesos conscientes y conforman el pensamiento y la percepción humana, de modo que considero que la interdisciplinariedad artística posibilita un conocimiento mucho más profundo e íntimo de la persona que nos está hablando o contando una historia, una emoción, una parte de su identidad.
- ¿Qué peso tienen las redes sociales a los aspirantes literarios?
Actualmente me atrevería a decir que las redes lo son casi todo. Desde las redes puedes llegar a cualquier persona y, si se dan las circunstancias adecuadas, a veces incluso sin que el autor lo busque, una obra puede hacerse viral y llegar a todas partes.
Muchos escritores no tienen otro recurso con el que mostrar su trabajo al mundo. Internet te posibilita todo aquello que te dificultan las carencias económicas, sobre todo a personas jóvenes que no tenemos demasiado recursos para permitirnos pasar del plano de tener un sueño como publicar un libro al plano real de llevar a cabo la edición del mismo. Realmente es una herramienta importante y muy valiosa, pero que debe usarse con cautela y siempre desde el respeto. No vale decir cualquier cosa por el hecho de que te cubre una pantalla. Detrás de la pantalla que recibe esos mensajes hay una persona, con su mochila cargada, como el resto.
- ¿Qué ofrece la poesía a la sociedad española actual?
Creo que la poesía puede ofrecérselo todo a la sociedad ahora mismo. Al igual que la música, tiene el poder de generar cambios sociales y ser un reflejo de lo que sucede en nuestro país, aunque debo admitir que, con el tiempo, cada vez es un tema al que le doy menos importancia en lo que escribo. La realidad es que hay escritores buenísimos que no encuentran la forma de llegar a tanta gente como quisieran, que encuentran trabas para sacar adelante su obra y que no cuentan con el apoyo de la sociedad española, ni en cuanto a inversión en cultura por parte del Estado, ni en cuanto al interés de los ciudadanos por la poesía o la literatura en general. La poesía puede ofrecer otros universos, un refugio donde descubrir que no estabas tan solo como creías, que alguien empatiza con tu sufrimiento o con tu alegría y le pone palabas, un método para conocer gente verdaderamente extraordinaria, y un lugar donde expresar lo que estás pensando o sintiendo, algo que tiene un poder milagroso sobre el bienestar mental. Así es el arte.