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Hoy os traemos el guión de un corto, obra de Manuel Torres Gómez. La primera vez que la leí me sorprendió, ha conseguido crear una atmosfera con cuatro pinceladas. Mordiendome la lengua para no decir nada que no deba os dejo con Él de Manuel Torres Gómez, al que esperamos tener más veces por aquí.
ÉL
Descripción del lugar:
Es una habitación dormitorio, antigua, de una casa, como de los años 60.
Él está sentado en el suelo, y ella en la cama.
Descripción de la grabación:
Grabada con color sepia, casi blanco y negro.
Empieza con un plano detalle de las manos de él que tiene un cigarrillo; pero no se lo fuma, solo mira cómo se consume.
Zoom hacia atrás hasta un plano de toda la habitación, que se acaba cuando habla ella por primera vez.
Cuando ella empieza hablar, la cámara hace zoom a su cara, que gira para tumbarse de lado, mirando hacia la cámara, y dándole la espalda a él.
Zoom hacia la cara de ella, hasta la última frase muy lentamente.
Música:
Eduard Artemiev: Stalker soundtrack
Guión:
Él: A fin de cuentas, ¿cuánto de cierta es la realidad que vivimos? Siempre lo he pensado, ¿cómo sabemos que no somos fetos envueltos en una bola de líquido amniótico, flotando por el espacio, con la única capacidad de imaginarnos una vida para hacernos el camino más fácil? ¿Cuánto de lo que somos realmente somos? Al fin y al cabo, todos nosotros somos cuerpos similares cuya personalidad ha sido fabricada, gracias a vivencias que nos hacen ser como somos. ¿Cuándo somos realmente libres? Debería haber una llave que nos abriese esa puerta a la libertad… y que nos dejase vernos, a nosotros mismos desde fuera y poder juzgar lo que somos, con claridad.
Una llave para conocernos a nosotros mismos.
Estamos a la merced de nuestros sentidos, nuestros ojos, ¿cómo sabemos que procesan la información correctamente?, ¿cómo sabemos que no son simulaciones, que no son impulsos eléctricos, o números en un ordenador?
No somos nada, ni nadie; nuestras decisiones, nuestra vida, no afectan a nadie; tenemos un impacto mínimo en la eternidad del universo. A nadie le va a importar dentro de… ¿quinientos siglos?
Ella: Yo no lo veo así, no somos individuos independientes cuyas acciones no repercuten en nada. Todos somos parte de un gran organismo, de una gran danza. Tu y yo somos lo mismo, venimos de lo mismo, y seremos lo mismo.
Él: Ni siquiera sé con exactitud si eres real.
Ella: Si, yo no soy real, soy una percepción tuya, una personalidad creada por ti. Una parte de tu interior que no quieres y rechazas, o que amas; que creas desde lo más profundo de tu inconsciente. Tanto yo, como todas las personas que conoces, son distintas representaciones de tu ser en un determinado tiempo y espacio. Tal vez yo represente tus miedos de cuando tenías 5 años, tus deseos de los 16, o tus dudas de los 30; tal vez todos, o una mezcla, o ninguno; tal vez tan sólo sea una lágrima, derramada por tus ojos, por una mujer, o por un niño, o por ti. Tal vez solo sea un pensamiento fugaz que tuviste alguna vez o un sueño del que no te acuerdas. Y así como yo soy inventada, todo a nuestro alrededor también, esta silla, nuestra casa, tu hermano, los muertos, el mundo, la materia oscura, el universo, lo que no se conoce. Todo son distintas representaciones de lo que quieres ser o has sido. Todo lo importante que se ha dicho a lo largo de la historia, las muertes, las guerras, el arte, el lento morir de la naturaleza. Todos somos parte de cómo tú eres porque todos somos tú, y tú eres yo y yo soy todo. La pregunta es, ¿hasta qué punto controlas lo que eres? Nada, nadie puede controlar su mundo interior. No podemos controlar las tormentas, ni las muertes… no somos libres, ni siquiera cuando todo lo que nos rodea es parte de nosotros.
Él: Entonces los muertos no mueren.
Ella: Deja de buscarle.
Él: Si, yo todavía puedo verlo, hablo con él, le siento, influye en mí y me enseña; NO ha muerto. A pesar de que su cuerpo no esté con nosotros, su consciencia sí que está conmigo. Como tú has dicho, es parte de mí.
Ella: Lo único de él que vive para ti, es lo que tú creías que era. Lo que tú percibes de él, tal vez, era completamente diferente a cómo tú creías que era.
Él: Un mismo libro, leído por mil personas diferentes, son mil libros diferentes…
Ella: Está empezando a llover.
Él: ¿A dónde vas?
Ella: Me dejo llevar.
Él: Me canso de esto, de esta realidad.
Ella: Encuentra una nueva…
Él: ¿Cómo?
……………… Silencio
Ella: Me hundo en un lago oscuro, y nadie oye mis gritos.
…………………………………………………….FIN…………………………………………………….
Por Manuel Torres Gómez