Esta semana volvemos a tener correspondencia desde la Luna. Nuestra corresponsal nos trae una tierna historia que os llegará a lo más hondo. Y nos recomienda ver el vídeo antes de leer su comentario. Así que sin más preámbulos os dejo en manos de Sonsoles Maroto.
UNA CARICIA Y DOS LÁGRIMAS
Veo la noticia en el vídeo que comparto con vosotros. Una lágrima y una emoción ambigua llenan mi corazón. Unos actores representan su acto en la calle. También en la calle vive una perrita, sola, sin familia a quien dar todos sus lametones de amor. Un intérprete ha de caer al suelo y simular dolor. Tras los espectadores, cuatro patitas se acercan delicadamente a la persona yacente: «¿Qué le pasa? Sniiff, sniifff, ¿Estará herido y necesita mi ayuda,mi calor, este humano sin pelo?». Pero el actor, que percibe la ternura y el cariño del animal, y su hociquito curioso, no puede con la emoción; sale de su papel y abraza a su nueva amiga perruna. La perilla mueve su cola alegre de que el hombre no esté herido, agradecida por las caricias. La audiencia asiste embobada al dulce e inesperado final feliz del teatro al que estaba asistiendo.
Los perros no se andan con miramientos cuando creen que su ayuda es necesaria: ACUDEN RÁPIDO. No se conceden tiempo ni para calibrar sus riesgos. Si en su misión han de entregar su propia vida, lo hacen con tal generosidad, que MUEREN LLENOS DE AMOR.
¿ CÓMO MUERE EL MALTRATADOR DE UN ANIMAL, PRESTO A DARLE GOLPES O MATARLO DE HAMBRE Y FRÍO?
Hoy una lágrima de «gracias» y otra de «perdón» quedaron enterradas en mi ALMA en honor a ellos.
Por Sonsoles Maroto