Y para cerrar su ciclo americano nuestra corresponsal en la Luna nos trae su visión de la toma de posesión del nuevo presidente de los EEUU, Joe Biden el pasado miércoles en un momento histórico que nos ha permitido respirar de alivio, tras los sucesos de hace quince días. Y sin más preambulos os dejo con Sonsoles Maroto.

NUEVA ETAPA PARA LOS AMERICANOS

Imagen de la toma de posesión de Joe Biden como presidente de los EEUU el 20 de enero de 2021.

Joint Congressional Committee on Inaugural Ceremonies, Public domain, via Wikimedia Commons

Por fin Joe Biden pudo jurar su cargo y hacer su primer discurso, delante de un Capitolio con afluencia controlada, y el histórico Mall de Washington engalanado y sin público. Presidencia inaugurada tras las revueltas que supusieron una vergüenza descomunal para la Democracia americana. El rojo de la bandera estadounidense parecía más vivo que nunca; hay heridas abiertas. Desastres que superar, fake news aparte —nunca he visto tanta recurrencia a este término como con Trump.

El segundo presidente católico de toda la historia de la nación. El anterior, un joven y atractivo John Fitzgerald Kennedy, malogrado y con una vida de cine. Amado, carismático líder. Ahora, un anciano Joe Biden, con una mujer afroamericana en la Vicepresidencia, la primera. Una mujer y un hombre mayor. Curiosa combinación. Esperemos que la sabiduría de la experiencia y la inteligencia emocional femenina abran nuevos caminos de diálogo y sendas de colaboración internacional en un mundo cada vez más traumatizado, donde todo es global. Un presidente que solo quiso mirar el ombligo de USA y terminó avergonzado de sus seguidores, y avergonzando a sus conciudadanos, se marcha. Uno con un talante bien distinto, asoma la cabeza. Me gustan dos detalles que Biden anuncia: su país volverá al Convenio de París contra el Cambio Climático. Y se impone el uso de mascarillas en el territorio nacional.

Y no hay toma de posesión sin anécdota, amigos. En esta ocasión una de medio millón de dólares: lo que ha costado la desinfección anti-COVID realizada en La Casa Blanca a la salida de los Trump, para que los Biden la habiten con total seguridad. Mi cabecita, la loca de la azotea, me dice que debía haber mucho que limpiar.

¡Suerte y buena conciencia, Joe!


Por Sonsoles Maroto