37º Latitud Norte: Amor Azul

Esta semana nuestra querida Rosa María Mateos nos trae una preciosa historia ambientada en Estambul en tiempos de Imperio Otomano. Disfrutar de este Amor Azul de Rosa María Mateos en este viaje al esplendoroso pasado de esta ciudad entre dos continentes.

imagen del interior de las cúpulas de la mezquita azul de Estambul con su decoración en tonos azules.

Amor Azul

Crónica de Sedefkar, discípulo de Sinan

El maestro me colocó en el cinturón de terciopelo la daga de cuatro zafiros, símbolo de los arquitectos de la corte otomana. Con ese gesto me legó toda su vida y pude ver en sus ojos, no la tristeza por la nostalgia de lo que fue su carrera, sino el brillo por el orgullo de lo que será la mía. Los primeros pescadores del Gálata inclinaron la cabeza a mi paso y pude percibir el inconfundible olor del Mármara al cruzar las murallas de Topkapi.

El Sultán me recibió en la Sala de las Audiencias. Hube de atravesar antes el tercer patio, donde las azucenas cubren con un manto blanco el rumor del agua que discurre por las azacayas. Apenas pude balbucear el saludo tantas veces ensayado, al quedar deslumbrado por las luces que entraban por las celosías y encontrarme medio aturdido por la riqueza de la decoración. La princesa Nurbanu estaba sentada a la derecha del Sultán, cubriendo sus delicadas formas con la túnica dorada más hermosa que jamás había visto. Cuando levantó la cabeza para mirarme, comprendí en un solo segundo el motivo de mi existencia.

Crucé de vuelta la Puerta Imperial con el encargo de construir la mezquita más majestuosa de todos los tiempos, aquella que retaría en belleza y perfección a Hagia Sophia, de la que se dice dibujó los planos un ángel. Mirando el Bósforo aquella luminosa mañana de invierno sólo tenía una certeza: la mezquita sería azul, entre turquesa y aguamarina.

Exactamente como sus ojos.


Por Rosa María Mateos

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